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martes, 22 de enero de 2013

Reseña Miradas de ébano, Alejandro Romera

Título: Miradas de ébano
Autor: Alejandro Romera
ISBN:  9789896971885
Editorial: Chiado Editorial
Género: Novela de viajes
Páginas: 226
Precio: 12,75 €

 Un español en Ghana. Un ghanés en España. Un viaje sin retorno. Dos jóvenes emprenden un largo viaje. Atraviesan el Mediterráneo en sentido opuesto, por motivos muy diferentes pero con la firme convicción de encontrar algo que no han podido hallar en sus propios países. Sus destinos nos muestran una mirada al continente africano, construida pedazo a pedazo, bailando entre la historia y la ficción. Nos encontramos frente a frente con el África desgarradora, sinónimo de hambre y guerras pero también de historias cotidianas de fuerza, de naturaleza salvaje y amplias sonrisas.

Reseña
  
El comienzo de la novela me ha resultado bueno. Como dice la sinopsis comienza con la historia de dos hombres que se cruzarán en sus viajes. Mario que decide romper con la vida que lleva y que no le satisface, para ir a trabajar a una escuela en Ghana. Yeboah, un ghanés, que decide hacer el viaje hacía España en busca de un futuro mejor, para poder ayudar a su familia que queda en Ghana.Toda esta parte me ha parecido muy interesante, por momentos emocionante y la idea de cruzar a los protagonistas en sus respectivos viajes, aunque no por los mismos medios, me ha resultado original y muy bien pensada. El viaje de Yeboah, lógicamente, mucho más duro, nos acerca a la idea de cómo tiene que ser un viaje de ese estilo, que aunque estamos acostumbrados a ver en las noticias la llegada de las pateras y de oír los muertos que quedan en el camino, normalmente no nos paramos a pensar en cómo es esa travesía.

En un momento de la novela, Mario decide hacer un viaje para conocer Ghana más a fondo, cultura, personas, paisajes. Por casualidad se encuentra con dos parejas españolas y deciden hacer el viaje los cinco juntos. A partir de este momento es cuando la novela, para mí, pierde todo su interés, porque Alejandro nos hace el relato de un viaje turístico, que podríamos hacer cualquiera. Esta parte de la novela yo la comparo a cuando voy a casa de algún amigo y este amigo se empeña en enseñarme el video de sus vacaciones exóticas. No sé valorar, ni sentir lo que me muestran las imágenes y mi amigo está disfrutando muchísimo porque las ha vivido y sabe lo que se siente. Esto sucede durante una parte importante de la novela.

La historia de Yeboah, como he comentado, también me interesó bastante, pero se quedó en nada, desapareció casi inmediatamente después de su llegada a España. Yeboah tiene algunas apariciones posteriores para significar las cuestiones del trabajo agotador y mal pagado, la inseguridad en el futuro, pero sin que le suceda nada reseñable como personaje.

No me gustan nada los tópicos y esta novela tiene unos cuantos, según creo. No voy a relacionarlos porque sería largo y no quiero entrar en este asunto, no pertenezco al grupo del pensamiento políticamente correcto, creo que este tema es para una conversación más profunda y este no es sitio, ni tengo ganas.

El final me ha parecido lógico y bien rematado, resultando un buen final, pero que le falta historia anterior.

Quiero agradecer a Alejandro Romera que me haya enviado su novela para que la lea y reseñe.

Como me indica Alejandro, no he incluido en esta reseña como 1/3 de la novela que corresponde a un libro que está leyendo Mario, el protagonista. Como el autor está interesado en que incluya mi opinión, pues paso a ello.

Son seis capítulos. El primero que lee Mario trata sobre la historia de Ghana. Si estuviera interesado en la historia de Ghana, pues estaría bien pero se quedaría bastante corto. Es como una definición de una enciclopedia. Y no tiene nada que ver con la trama principal de la novela.

El segundo capítulo nos cuenta la historia del Congo, incluyendo las atrocidades que comete Leopoldo II de Bélgica. Los que hemos leído, también, El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, hemos leído esto y lo digo porque Alejandro lo cita en este capítulo. La diferencia, para mí y hace algún año que leí esta novela, es que Conrad es contemporáneo de estos hechos y lo escribe poco después de pasar y lo más importante de todo, esto hechos tienen un perfecto engarce en la novela. Se cuentan las diferentes guerras habidas. Se vierten una serie de tópicos con los que no estoy de acuerdo y como ya dije más arriba, mereciendo una conversación más larga. Solo citar uno que está de moda. COLTAN, mágico mineral y título de una novela de Alberto Vázquez Figueroa, que por cierto recomiendo. En esta novela, Mario viaja a Ghana no al Congo.

El tercer capítulo trata de un señor que está subiendo el Kilimanjaro, famoso volcán. A raíz de esta ascensión nos da una cantidad exhaustiva sobre esta montaña. Soy respetuoso con todas las personas y con sus gustos y opiniones, pero el montañismo no me interesa lo más mínimo, ni leído. Y tampoco tiene nada que ver con la novela.

El cuarto capítulo, Alejandro lo titula RECETA PARA UN GENOCIDIO. Creo que el título ya evidencia de qué trata. Sí,  del genocidio en Ruanda. Se vierten opiniones que pueden ser discutibles. No voy a negar el interés que suscitó en su día y como tuvo mucho interés, me informé, creo, que abundantemente, entre otras cosas porque soy lector de periódico diario. Y tampoco tiene nada que ver con la novela.

El quinto capítulo nos ilustra sobre la historia de la esclavitud, centrándose en los esclavistas europeos. Con este capítulo me pasa como los anteriores, si tuviera interés en conocer todos los pormenores de las esclavitud, leería un libro divulgativo sobre el tema. También, creo que se vierten una serie de opiniones y tópicos, para mí, muy discutibles. Y tampoco tiene nada que ver con la novela.

El sexto capítulo nos habla de una serie de personas, que el autor de ese hipotético libro que lee Mario, conoció en África. Lo buenísimas personas que son y la labor tan encomiable que realizan en África. Yo por la Madre Teresa de Calcuta siento una gran admiración por la labor que hizo en la India y el legado que ha dejado, pero por eso no la voy a nombrar en mis reseñas. Que es lo único que me atrevo a escribir y reconozco que no lo hago muy bien. Y tampoco tiene nada que ver con la novela.

Seguro que esta novela de Alejandro a bastantes personas les ha parecido maravillosa, otros pueden estar interesados por algún capítulo de los mencionados arriba o de todos. Pero el que la ha leído soy yo y no me ha interesado nada, por los motivos expuestos.

Creo que me extendido demasiado, pero el autor se merece una explicación de porqué digo lo que digo.




Enzo desde Liberty Café

domingo, 20 de enero de 2013

Reseña Kichay de Alejandro Romera

Título: Kichay
Autor: Alejandro Romera
Editorial: Chiado Editorial
Género: Relatos
Páginas: 76
Precio: 9,50 €

Kichay es un libro de quince relatos.

La temática es variada, cada uno de ellos nos habla de un asunto diferente.

Nos encontramos temas familiares, personales, sociales.




Reseña

Este libro de relatos me llegó de manos de Alejandro Romera, que muy amablemente me lo envió, pidiéndome que lo leyera y reseñara. Yo encantando de que se acordara de mí para esta labor. He tenido muy buenas experiencias de libros de autores noveles o de escritores que no han tenido la suerte de ser señalados con el dedo de grandes editores y en ocasiones lo merecían. Por esto no suelo negarme a leer lo que me ofrecen. Quiero agradecer al autor su atención para conmigo.

Hablando sobre Kichay, puedo decir que me ha parecido un libro muy bien escrito, con una prosa muy cuidada, sencilla y de buen gusto.

Los relatos, creo, todos tienen una temática interesante. Algunos me han emocionado algo, La mirada de Amanda; otros me han parecido demasiado previsibles, cuando llegas a la mitad del relato ya sabes el fianl, El viaje; otros con una clara intención de concienciación social, Soldado de plastilina; y otros  muy originales como Kichay. Pero todos me han parecido como artículos periodísticos, donde el autor nos da una noticia de algo pero se mantiene al margen de lo que está contando; los temas están muy bien pensados y muy bien escritos, pero a mí no me han emocionado, ni asombrado, ni conmovido todo lo que podrían. Son relatos que tenían mucho potencial pero que el autor no ha sabido exprimir del todo.

Los finales son planos, no tiene giros inesperados que nos dejen boquiabiertos, que nos cambie la historia, que nos sorprenda. Un libro entretenido pero nada más.





Enzo desde Liberty Café