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viernes, 5 de septiembre de 2014

Reseña El pasajero, Jean-Chirstopeh Grangé

Título: El pasajero
Autor: Jean-Christophe Grangé
Traducción: Joan Riambau
ISBN: 978-84-253-5161-7
Editorial: Grijalbo
Género: Novela policiaca 
Páginas: 734
Precio: 20,90 €

El Minotauro, Ícaro, Urano... Un mito griego es la única pista que deja el asesino cada vez que mata. Y la clave para encontrarle está en la mente de un hombre que ha olvidado quién era. La nueva novela del autor de thrillers más vendido en Francia. «No soy un asesino.» Es la nota manuscrita que ha encontrado Anaïs Chatelet en su despacho de la policía judicial de Burdeos. Ahora nada cuadra en la investigación...Unos días antes, en la estación de tren, había aparecido el cadáver desnudo de un joven con la cabeza de un toro incrustada. Una macabra recreación del Minotauro.Poco después Anaïs se entrevistaba con el psiquiatra Mathias Freire para preguntarle sobre uno de sus pacientes del hospital. Un hombre misterioso al que Mathias había diagnosticado «fuga disociativa»: un tipo de amnesia en la que el enfermo se crea otra identidad.Desde ese momento Anaïs y Mathias se sumergen en un caso laberíntico. Solo saben que alguien ha estado matando desde hace tiempo, cada vez copiando un mito de la Antigüedad. La clave para encontrarle está en la mente de un hombre que ha olvidado quién era.El nuevo y espléndido desafío del maestro del thriller francés.

Reseña

Mathias Freire es psiquiatra en el hospital especializado Pierre Janet de Burdeos. Esta noche le toca guardia y le traen a un hombre que ha perdido la memoria. Este hombre después de algunos intentos por saber quién es, consigue recordar que se llama Pascal Mischell. Después de algunas averiguaciones, Freire descubre que todo lo que le ha contado Mischell es falso, todo es una invención. Esto le despierta sospechas sobre él mismo porque le vienen a la memoria algunos recuerdos que no encajan con su vida actual.

En paralelo  se comete un asesinato de un mendigo que será investigado por Anäis Chatelet, capitán de la policía judicial con tan solo 29 años. También se tiene que encargar de la muerte de otro hombre asesinado en el País Vascofrancés porque coincide con una de las huellas del asesinato anterior. Estas pistas llevan a Anäis Chatelet a otros asesinatos cometidos en otras ciudades de Francia meses antes, en todos ellos van apareciendo las mismas huellas aunque registradas, en cada ocasión, a nombre de personas diferentes. Y todos los asesinatos escenificados para representar un ser mitológico.

Tirando de este hilo la capitán de la policía va detrás de un hombre que tiene una rara enfermedad mental. Este hombre para huir de las dificultades pierde la memoria de quién es en ese momento y se crea otra identidad totalmente diferente. Este hombre es Mathias Freire y Anäis se propone desentrañar todas las identidades que se ha creado este hombre, pero se encuentra con la dificultad de que el propio Mathias está buscando también las diferentes personas que ha ido representando y que le ponen sobre la pista pequeños indicios con los que se va encontrando. Estas investigaciones les lleva a ambos a un descubrimiento siniestro que nos hace pensar si es lícito todo dentro de los estudios científicos.

Con este argumento tan original, Grangé escribe una historia que me ha mantenido sumido en la lectura. Un relato que no da un respiro en la acción aunque no es una narración trepidante, los acontecimientos se van desarrollando a un ritmo normal y en ocasiones resulta hasta pausado pero crea un ambiente absorbente del que apenas he podido separarme, por lo que a pesar de sus 734 páginas su lectura se me ha pasado en un suspiro. Un final sorprendente pone el broche de oro a esta novela que he disfrutado muchísimo.

Los personajes importantes en esta historia los vive Mathias Freire según va descubriendo sus vidas anteriores por pequeños recuerdos y señales. Todas y cada una de las personalidades que va recuperando nuestro protagonista son complejas, con unas vidas nada convencionales y algunas fascinantes. Anäis resultará un personaje complementario pero imprescindible que completará las investigaciones y dará sentido a algunos de los descubrimientos sobre las múltiples personalidades que adopta Mathias así como para resolver los asesinatos con tintes mitológicos.

La novela está escrita de una forma sencilla con un vocabulario cuidado y con bastantes diálogos. Unos diálogos muy bien construidos que enriquecen la narración y consiguen que apreciemos lo bien cimentado que está el argumento, no dejando ningún cabo suelto, ninguna fisura en la narración y un final perfectamente cerrado que nos sorprenderá.