Autor: Juan P. Vidal
ISBN: 978-84-1543-48-4
Editorial: Pàmies
Género: Narrativa
Páginas: 300
Precio: 17,95 €
Martín descubre, tras la repentina y trágica muerte de su mujer y de su socio, la infidelidad de ambos. Tras varios días de dudas, decide hacerle una prueba de paternidad a su hija. Después de muchas vacilaciones, la abandona y huye a Nueva York siguiendo la pista de un padre al que siempre creyó muerto. Allí comienza una nueva etapa. En un constante ir y venir del pasado al presente, vamos descubriendo cierto paralelismo entre la vida de su progenitor y la suya. En poco tiempo se ve enredado en una peligrosa disputa por la herencia del que posiblemente sea su padre y que se encuentra gravemente enfermo. Un trágico incidente, en el que se ve involucrada la única persona que había conseguido despertar de nuevo en él la ilusión por vivir, acelerará unos acontecimientos que le permitirán comprender la sombra de su pasado y el de su familia.
Reseña
El título de la novela se ha extendido desde el protagonista hasta mí como lector. Lo que estoy seguro es que no he soñado que he leído este libro.
Martín, nuestro protagonista, se entera de que su mujer, Lidia, ha muerto en un accidente de tráfico y poco después sabe que le era infiel con su mejor amigo y socio, Miguel, que también fallece en el accidente. Continúa indagando y también se entera de que su hija no es su hija biológica.
También muere su madre y le deja una carta en la que le pide que busque a su padre, que los abandonó cuando Martín era un niño todavía. Tiene que viajar a Nueva York para localizarle y desentrañar los motivos por los que su padre los dejó. Hace las maletas y parte para la ciudad de los rascacielos.
La cosa no será sencilla. Se encontrará con personas que no quieren que lo localice y así evitar que hable con él. Aquí es donde se le complica la existencia y le puede llegar a costar la vida si sigue en su empeño de enfrentar el reencuentro con su padre.
El relato está dividido en cuatro partes. El presente, el viaje, el pasado y el futuro. En el presente nos preparamos para lo que nos encontraremos después, el viaje nos lleva a Nueva York y nos enseña los pasos que sigue Martín para reencontrarse con su padre, el pasado nos recupera algunas recuerdos de la familia de Martín que ayudan a comprender lo que está sucediendo en este viaje y el futuro es una especie de epílogo para resolver el final de esta historia.
Después de intentar resumir lo que nos encontramos en las páginas de este libro voy a intentar dar mi opinión. El comienzo de la historia me ha parecido muy prometedor, esto correspondería, más o menos, a lo que nos encontramos en la parte correspondiente al presente. Después, en las siguientes dos partes, la narración se empieza a descontrolar. En el final del presente, nuestro protagonista empieza su viaje y empiezan también sus ensoñaciones más extrañas, si bien es cierto que sueños los tiene durante todo el relato, y cuando no está soñando está borracho de no tenerse en pie y cuando no está borracho tiene una reseca que le deja peor que borracho, por lo que he llegado a la conclusión de que Martín en ningún momento se ha enterado muy bien de la aventura que ha vivido.
El resto de los personajes no me han parecido que tengan una importancia relevante en la historia, me ha quedado la sensación de que estaban ahí para ir moldeando el relato. Marta es el único personaje que tiene más presencia en la historia. Marta es la hija del amante de la madre de Martín. Esta mujer es la encargada de dirigir los pasos de nuestro protagonista para que pueda reencontrarse con su padre y su pasado.
Me ha parecido que el argumento de esta novela no fluye de una forma natural por los caminos lógicos de la historia que nos está contando. Este argumento, en ocasiones, se ve dirigido o torcido por la presencia de un personaje o situación ocasional, puestos ad hoc para reconducir el relato aunque el resultado sea algo artificioso. En general me ha parecido una obra excesivamente melodramática, incluyendo a su personaje principal. Esto me ha llevado a tener unas ganas irrefrenables de estrangular a Martín en más de una ocasión.
Si tengo que salvar en parte este libro es porque está escrito con una prosa muy cuidada y está plagado de frases ingeniosas que lo hacen ameno y de otras que nos hacen pensar y lo hacen interesante. Como ya he dicho, el comienzo me parece muy bien planeado pero va perdiendo fuerza. Creo que va de más a menos.
